sábado, 25 de septiembre de 2010


Óyeme Bailar: Danza de sordos.


Pocos factores son tan determinantes para una cultura como su lengua. Así, la comunidad sorda, al hacer uso de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) como lengua natural y como principal medio de comunicación dentro de su comunidad, crea una cultura peculiar inmersa en el contexto de las comunidades mayoritarias oyentes donde los sordos habitan, donde se generan costumbres y manifestaciones culturales que reflejan su cotidianidad y su percepción del mundo. Esto es la Cultura Sorda.


Los sordos están plenamente identificados con su lengua, se reúnen en lugares inespecíficos como un club deportivo o un centro religioso, solo para convivir con quienes usan su lengua y compartir intereses o problemáticas en común. Hay quienes viven aislados entre los oyentes y  conocen a otro sordo hasta su edad adulta. Los sordos no forman comunidades determinadas geográficamente: viven dentro de comunidades de personas oyentes mayoritarias, por cuya cultura están  moldeados también.

Existen al menos dos factores importantes que determinan esta cultura. El primero es el hecho de que el uso de la lengua de señas como primera lengua o lengua natural impone un modo de percibir y representar el mundo de forma preponderantemente visual; y el segundo, la actitud discriminatoria que existe hacia las personas sordas por parte del común de los oyentes e incluso de las políticas de salud pública: la sordera es considerada una enfermedad, el sordo, un enfermo que debe ser curado. Esta errónea visión ha confinado a los sordos, su lengua y sus manifestaciones culturales al ámbito de lo patológico,  un enfoque médico y no social.



Danza de sordos

Es en este contexto que la bailarina y coreógrafa Dení Domínguez (egresada de la Facultad de Danza de la UV) ha desarrollado el proyecto “Óyeme Bailar: Danza de sordos”, el cual consiste en construir un programa de danza contemporánea a partir de talleres impartidos para personas sordas y ejecutado por ellos mismos. La realización de este proyecto ha sido posible gracias al Programa de Estímulo a la Creación y el Desarrollo Artístico de Veracruz -programa del cual la coreógrafa es beneficiaria durante este año en la categoría de Jóvenes Creadores- y a la profunda colaboración de la Asociación Resurrección de Sordos A.C. Los bailarines son Omar Pale, Hilario Alvarado, Ricardo Ramos, Alejandro Mendoza y Marcos Antonio Quiroz, todos miembros de la comunidad sorda.


El objetivo es mostrar que los sordos tienen mucho que decir y que comunicarse sin palabras es mucho más fácil de lo que se piensa y con esto, sensibilizar a la población sobre el problema de la discriminación y la integración, modificar el cómo se percibe a una persona sorda.

En particular esta danza de sordos, ver bailar a un sordo declara dos cosas importantes: la primera, la danza es para todos: para todos los cuerpos, para todas las posibilidades, para los que tienen una discapacidad, para los que no la tienen, para los que nunca la han visto, para los que nunca han bailado; la segunda, los sordos tienen mucho que decir a toda la sociedad y pueden desarrollarse plenamente en muchas áreas del conocimiento y las artes.

Es de vital importancia tratar el tema de la diversidad de manera en verdad incluyente y digna,  invitando y estimulando a la reflexión. Es una necesidad difundir la importancia de la lengua de señas en la educación de los niños sordos y crear conciencia social acerca de las potencialidades de las personas con esta discapacidad, así como reconocer sus aportaciones a la sociedad.

En nuestro estado, aún con los esfuerzos de instituciones, agrupaciones y asociaciones civiles, las opciones culturales para la comunidad sorda son mínimas o inexistentes.



Dónde, cuándo



Este espectáculo está pensado para ser disfrutado por personas sordas y oyentes de todas las edades y se presentará en el próximo mes de octubre, los días sábado 23 y 30 a las 19:00 horas, miércoles 27 y jueves 28 a las 11 y 12:30 horas en el Foro de la Galería de Arte Contemporáneo, ubicada en Xalapeños Ilustres 135, Centro Histórico, Xalapa.